La peor película del mundo.

Odio esas películas que te dejan el sentimiento de que todo va a estar bien. Las odio porque las amo. Todo parece tan fácil. El protagonista después de un nudo de cuarenta minutos sabe quienes son sus amigos de verdad, encuentra el amor y sabe que hacer con su vida. Yo tengo mucho más tiempo que cuarenta minutos para que me pasen todas esas cosas y hasta donde yo sé sigo en el inicio de la película, donde todo es una mierda pero no está tan culero como para que sea interesante. Hay un mensaje con el que miles de medios me bombardean; prácticamente dice que no me va a pasar nada si estoy sentada en mi casa esperandolo. No. Yo sé que no. Pero no tengo la energía para estar buscandolo. Hace mucho tiempo lo busqué y no lo encontré, o bueno, hice un intento mediocre por encontrarlo pero al menos sabía que buscaba. Ahora no tengo ni puta idea. Además no tengo la energía para empezar un puto viaje de auto descubrimiento. No tengo la energía ni para hacer yoga y eso que según las películas cuando la gente hace yoga sus vidas mejoran automáticamente. Tal vez tu postura y tu digestión mejoran, tengo que admitir eso, pero todo tu entorno sigue evolucionando. Algunas cosas empeoran y otras mejoran pero algo es seguro: nadie tiene tiempo de escuchar como tus músculos se relajaron después de que hiciste yoga y que cagas mejor desde que integraste más espinaca a tu dieta. La verdad es que todos estamos sentados esperando nuestro desenlace. Hollywood me arruinó. Creó en mi un concepto de amor muy enfermo. Las películas independientes me arruinaron. Sólo me ayudaron a identificarme con personajes depresivos con vidas internas caóticas. Las críticas los describen como únicos, pero la verdad es que están hechos en el mismo molde de personalidad, lo que me hace sentir que no soy única y sólo me transmite la angustia de los personajes. Ahí entra mi problema. Ellos consiguen un desenlace. Bueno o malo pero lo consiguen, yo tengo que seguir esperando el mío, y la verdad no creo que mi película sea tan buena y que la protagonista sea tan extraordinaria.