Mi vida.

Tengo miedo. De todo. Me dan miedo las alturas, las cucarachas, los exámenes, los gérmenes portadores de enfermedades o la suciedad en general, que me amputen alguna extremidad, quedarme ciega, las abejas, los gatos...Le tengo pavor a los duendes y a la ouija. Temo a que me asalten, temo chocar el carro. Me da miedo que se burlen de mi y que la gente se entere de mis secretos. También me dan miedo los hombres. Me da miedo que me violen, me da miedo que me toquen. Me da miedo que no me quieran tocar. Me da miedo perderlos o nunca tenerlos. Pero creo que todos esos miedos son normales. O eso espero.  Los peores miedos son los que deseas: Me da miedo decir la verdad. Me da miedo el examen de admisión de la universidad que quiero. Me da miedo salir. Me da miedo besar. Me da miedo cagarla. Me da miedo enfrentar a mi papá.  También me dan miedo las cosas que ya pasan:  Me da miedo engordar. Me da miedo que el tabaco ponga mis dientes amarillos. Me da miedo crecer. Me da miedo que la abuelita

Si viven en México deben de estar familiarizados con las famosas ferias. Ustedes saben; botellas pegadas al tablero para que nadie se lleve al oso gigante, rueda de la fortuna, la niña cocodrilo... en éste caso me refiero a las ferias norteñas. Con todo y muestra de vacas. Me gustaría hacer una descripción más detallada y con más folklor, pero seré honesta: Hace muchos años que no voy a la feria. Sólo recuerdo luces, charcos de sustancias dudosas, cerveza, juguetes feos, artesanías caras, gente.  Siempre que viene a mi ciudad la dejo pasar y declino cualquier invitación. Verán, hay dos razones por las que odio la feria... Por muchos años tuve una aversión a los desconocidos y al contacto con ellos que parecía casi incurable hasta hace poco. Siempre que iba a la feria iba con mi papá, que en ese entonces era conocido por ser "el doctor del santos" o sea, el doctor del equipo local de futbol. El don que salía corriendo a la cancha y se agachaba a ver al jugador lastimado. Las p

Si tu y yo estuvieramos juntos nos hundiríamos aún más. Aún así me gusta verte sonreír, me gusta tu aroma y quisiera dormir en tus pestañas. Pero lo que más me gusta de tí es que cuando estoy a tu lado no puedo llorar.